sábado, 15 de diciembre de 2012

Y mi vida cambió.


Sábado 3 de noviembre.

Lo recuerdo como uno de los peores días de mi existencia. No era capaz de dejar de llorar, no podía, me sentía agotada. Hice lo que pude: saqué buenas notas, me porté bien, ayudé en lo que pude... tanto esfuerzo para nada, al final nunca cumpliría mi sueño. Mis padres me odiaban y regañaban por llorar por esa "tontería". Necesitaba apoyo, y lo buscaba donde podía. Me refugié en WhatsApp, pasé un buen rato hablando con mi hermano, el cual me apoyaba pero no me podía llevar ya que estaría en exámenes. Necesitaba descansar y olvidar un poco toda aquella locura que me estaba superando. Me tumbé en cama, me sentía incomprendida e impotente. 
La cabeza me daba vueltas, estaba agotada pero no podía dormir, pensaba cosas como: ¿Para que seguir luchando si nunca los conoceré? No saben que existo. Solo soy una más. Esto se acaba. No merece la pena ser Directioner si eso incluye sufrir tanto como lo estoy haciendo ahora. Hasta que por fin, mis mojados ojos se cerraron.


Domingo 4 de noviembre.

Un WhatsApp me despertó, tenía un dolor de cabeza terrible. Era Isa, una de mis mejores amigas Directioners, y me dijo la cosa más bonita y sincera que nadie me dirá nunca: 
"Pase lo que pase, sé feliz, aquí tienes a una hermana que te apoya. Tú solo lucha hasta el final, siempre. No llores, no seas débil y sobre todo, no dejes de ser Directioner, porque gracias a eso nos conocimos y no hay nada más bonito que eso, te quiero." 
Esa fue la primera vez que sonreí en 24 horas. Me cambió la cara por completo, miré al frente y ahí estaba mi razón para sonreír, mis pósters llenaban de alegría mi habitación. Necesitaba hablar con mis padres, contarles todo lo que pensaba y eso hice. Me liberé por completo, dije todo lo que tenía que decir, sin miedo al rechazo. Jamás olvidaré ese "sí", cuando me lo dijeron empecé a llorar aun más, les dí un abrazo y por supuesto le agradecí aquello, era muy importante para mí. 
En realidad pensé que todo era demasiado fácil, y no me equivocaba.
Los problemas volvieron por la noche, cuando le dije a mi padre que tan pronto abriese el Corte Inglés tenía que ir a comprarlas. Mi padre no me creyó cuando le dije las entradas se venderían rapidísimo. Me dijo que iríamos por la tarde, a las 7, cuando acabase las clases. Otra discusión y otro cabreo por parte de los dos, pero acabó aceptando, se fue enfadado a dormir, pero mereció la pena. Estaba nerviosa, en mi interior sabía que habría entradas.

Lunes 5 de noviembre.

Tenía un examen, y con esto de las entradas no había estudiado nada, sabía que lo iba a suspender, pero no me importaba en absoluto. Cuando salí hacia clase mi padre salió hacia el Corte Inglés. 
Pasé las 6 horas más largas de mi vida, no me daba llegado la hora de ir a mi casa para saber si por fin mi sueño se haría realidad. Salí del instituto corriendo. Abrí la puerta de casa y allí estaba mi padre, con la misma cara de mala leche de siempre:
-Papá dímelo ya-Dije temblando.
-Pues... ¡Me debes 120€! -Sacó las entradas del bolsillo- Aquí las tienes.
Es imposible describir como me sentí en ese momento, no tengo palabras, fue como un escalofrío, la mejor sensación de mi vida. Empecé a gritar y a llorar otra vez, se lo conté a mis amigas lo más rápido que pude. Creo que sin mis Directioners no lo hubiese conseguido, ellas son las que me dieron la fuerza que necesitaba para dar el paso de contarle a mis padres todo lo que sentía, cosa que nunca antes hubiera hecho. Les agradezco todo lo que hicieron por mi y eternamente se lo agradeceré. Gracias.


                                                                                                        Real.

2 comentarios:

  1. Ojala Tuviera yo tu suerte Felicidades :)

    ResponderEliminar
  2. Caaaaaaaaaaaariño , no se si me vas a hacer caso , pero que yo tengo tambien una entrada de 1D en Barcelona (Badalona) EL 22 DE MAYO !<3

    ResponderEliminar