Novela. Stole My Heart.

Capítulo 3.

Siento como todavía tengo las mejillas rojas de lo ocurrido. ¿Quién me llamaría antes de salir corriendo? No quería pensar en eso pero tengo mucha curiosidad. De repente empezó a diluviar, odio conducir y más cuando está lloviendo de esta forma.
Faltaban pocos quilómetros para llegar a casa y contarle a la cotilla Alice todo lo que me había pasado. ¿Cómo se llamaba? Ah sí, Liam. Con sus perfectos ojos marrones que me intimidan y su perfecta sonrisa. No puedo dejar de pensar en él, y cada vez que lo hago sonrío tontamente sin saber por qué. Es tan adorable. Repasé mentalmente la entrevista, completé todas las preguntas que me había pedido Alice. Fue una buena experiencia, no me arrepiento de haber ido, he conocido a cinco personas realmente simpáticas. 
Pisé el acelerador y me relajé, me eché hacia atrás y subí el volumen de la música dejando que la voz de Bruno Mars me acariciase la piel. 
¡Por fin en casa! Alice y yo vivimos en una pequeña comunidad de casas pareadas cerca del campus. Abrí la puerta lentamente para ver si estaba dormida, pero me equivoqué. La vi rodeada de libros, seguro que ha estado toda la tarde estudiando para los exámenes finales, cosa que yo debí hacer y no hice. Cerré la puerta con cuidado y corrió hacia mí para abrazarme. Estaba en pijama de franela y con una manta por los hombros.
-¡Daiiii! ¡Ya estás aquí! ¿Qué tal te ha ido?
-Yo también me alegro de verte, Ali-Dije sonriendo.
Me obligó a sentarme en el sofá. Obedecí mientras me quitaba los tacones y estiraba los dedos de los pies. Puse las piernas encima de la mesita del salón y la miré fijamente esperando a que me dijese algo.
-¿A qué esperas?-Me preguntó impaciente.
-¿Qué quieres que te cuente?
-¡Todo! ¿Cómo son? ¿Son guapos?-Me miraba con los ojos abiertos y llorosos por la gripe.
-Pues sí, mucho, pero eso ya lo sabes-No pude evitar visualizar su hermosa cara, la de Liam, mirándome fijamente durante toda la entrevista.
-Normal, son todos monísimos, ¿cuál te ha gustado más?-Me preguntó la cotilla de Alice Rednik.
-Son todos muy divertidos y simpáticos, no sé-Escuché en mi interior la voz de Liam, y me estremecí. Por suerte, Alice se calló para sonarse los mocos y no me hizo más preguntas.
Saqué la grabadora del bolso junto con el cuaderno de apuntes y se las di. 
-Me pondré ahora a transcribirla-Me dijo abriendo su portátil que estaba encima del sofá.-Muchas gracias Dai, de verdad, te debo una.
Le sonreí y me levanté, fui hacia la cocina a prepararme algo de comer. Un sandwich calmará mi apetito. Las siete de la tarde, todavía queda media tarde por delante así que aprovecho para estudiar para los malditos exámenes finales de mi primer curso en la Universidad. Saqué uno de los libros y lo abrí, cuando dirigí la vista hacia él visualicé la preciosa sonrisa de Liam. Me puse colorada al instante, esa es una de las cosas que menos me gusta de mí: la facilidad con la que mis mejillas se iluminan. ¿Cómo podía pensar tanto en él si solo lo vi una vez? No me pude resistir, así que cogí el móvil y me puse a leer su biografía y demás cosas de él. Realmente ha tenido una vida muy dura. Negué con la cabeza, ¿qué haces? Estás fantaseando con una estrella de la música, tiré el móvil encima de la cama y me centré en los libros, necesitaba estudiar y olvidarme de este día tan extraño.


-¡Dailyn! ¡Te has quedado dormida encima del libro!-Dijo Alice zarandeándome.
-Oh, Ali. Me he quedado estudiando hasta tarde y me quedé dormida-Me froté los ojos-¿Qué tal tu gripe?
-Mucho mejor, aunque aún me duele un poco la cabeza.
Era un viernes soleado teniendo en cuenta del diluvio de ayer. Los fines de semana trabajo por las tardes en un bar cercano al campus donde van la mayoría de los estudiantes; los viernes, sábados y domingos. Exactamente los tres días que no hay clase para ganar un poco de dinero para viajar y cumplir sueños y caprichos. 
Estoy nerviosa por lo de la semana que viene, ambas somos alumnas de muy buenas notas pero un suspenso podría fastidiar nuestras maravillosas vacaciones a Grecia del mes que viene. 
-¿Has comprado ya los billetes de avión?-Pregunté nerviosa por la respuesta.
-Sí, ya tenemos todo. También he cogido habitación en un hotel que está al lado de la playa, tiene piscina y un montón de comodidades. Va a ser genial.
-¡Sí!-Le choqué la mano y continuamos desayunando.
Hoy estudiaré por la mañana y por la tarde haré mis horas en Fifty Seven, el bar en el que trabajo como camarera. No será uno de los mejores días de mi vida pero no está mal. Mañana voy con Alice de compras ya que las dos queremos lucir ropa nueva en Grecia, sería muy emocionante. Era mi primer viaje con una amiga y estoy muy nerviosa.
La mañana siguió según la había planeado, volcada en los libros y trabajos. Esta era la primera vez que tenía ganas de ir a trabajar para olvidarme de los estudios. Comí un poco de pizza que sobró de anoche antes de ducharme. Alice estaba durmiendo así que preferí no molestarla e irme con cuidado a trabajar. Me puse las gafas de sol para ocultar mi cansancio y fui andando a Fifty Seven, con paso lento y observando bien el paisaje. Cogí los cascos y me puse música, ¿One Direction? Sí, ellos. Esto se estaba convirtiendo en adicción, me empezaba a asustar a mí misma.